sábado, 19 de enero de 2008

La familia como sistema de interacción. 2º Comentario a Wotam

Para empezar quiero pedir disculpas por utilizar un lenguaje técnico. A partir de ahora intentaré simplificarlo al máximo.
Pero también quiero hacer una precisión: lo que pretendo es proponer una forma distinta de pensar las relaciones domésticas y todo lo que éstas conllevan, y por eso utilizo algunos conceptos que más que técnicos yo diría que son específicos.
Asimismo quiero señalar que toda esta discusión y su fundamentación conceptual está explicada en mi libro La soledad de Mae.
Les invito a leerlo para satisfacer toda su curiosidad y encontrar las explicaciones pertinentes.
(Asimismo, muchas cuestiones están tratadas de manera más extensa en otras entradas de este blog, sólo hay que "pinchar" y buscar).

En esta intervención voy a contestar a las cuestiones planteadas por Wotan a partir de su exposición. Toda mi contestación va a ir en letra normal, y el texto de Wotan en negrita:

Ha tocado un tema muy controvertido y difícil de analizar sin aspectos subjetivos realmente relevantes.
-Estoy totalmente de acuerdo que la institución de la familia "como persona jurídica" es una construcción cultural, ¿pero cuál es el origen y la finalidad de la familia? y en un sentido más delimitado: de la familia occidental moderna. ¿Qué concepto tiene usted de familia? Por supuesto que podríamos modificar las estructuras familiares, es más, podríamos legalizar el incesto, el abuso sexual a menores y la necrofilia, podríamos reconocer como legítimamente único el "matrimonio homosexual" o la poligamia como sistema matrimonial, pero, ¿cree que estaríamos hablando de una sociedad "estable", o más estable que la actual, a usted le interesa la estabilidad o la anarquía? ¿Qué es lo que le da estabilidad al sistema social? Esta pregunta la creo interesante para el debate.


Antes de nada, un par de pequeñas precisiones o aclaraciones.
Los ejemplos que usted pone eliminan las condiciones de posibilidad de una discusión, por cuanto contienen una carga de prevalores tremenda. ¿Por qué poner como ejemplo el incesto, el abuso sexual y la necrofilia, en vez de la educación emocional externa de los individuos; el dominio de la mujer o la unión exclusivamente contractual del matrimonio…?
Es como si nos planteásemos la cuestión de la legalidad o no de la eutanasia, y tomásemos como punto de partida para discutirlo que es comparable al asesinato. Ya estaría todo dicho…
Pero imagino que no es este su caso.
Por otro lado, no creo que sea pertinente plantear el debate en términos de estabilidad o anarquía, presuponiendo que, en el caso que nos ocupa, la familia nuclear complementaria, que es nuestro modelo, es la que proporciona estabilidad al sistema y todas las demás conducen a la anarquía. Existen sociedades, o momentos anteriores de nuestra propia tradición, que se organizan a través de otras modalidades de familia y no son más inestables que nuestra sociedad actual.

Con respecto a la familia, podemos definirla como un sistema emocional y/o racional de relaciones reproductivas/educativas y sociales/endoculturadoras, cuyas funciones son:
- Proporcionar subsistencia material a los individuos.
- Controlar el acceso de los hombres jóvenes a las mujeres.
- Establecer alianzas con otros grupos (Familias extensas).
- Establecer redes de parentesco/solidaridad.
- Conformar a los individuos como sujetos socialmente aptos (aprendizaje y aprendizaje emocional y racional de los modos-de-ser intersubjetivos): Educación y endoculturación.
La primera y las dos últimas son las funciones que continúan hoy día en nuestra cultura, o al menos debería ser así.

¿Es el único modelo de familia existente?
No. En la actualidad existen muchas modalidades de familia, además de la nuclear. Los tipos que he señalado en la entrada anterior no son teóricos, sino modos de relación existentes: por ejemplo, la familia típica china es extensa, al igual que las familias rajputs del norte de la India… Las familias matrifocales son las prototípicas en Latinoamérica; en las familias negras de las ciudades norteamericanas y en la sociedad de las Antillas, entre otras. Asimismo existen familias matrifocales extensas como las de los nayar africanos;… (Por regla general, las organizaciones domésticas africanas son extensas).
Además, la poligamia se da “como mínimo, en el 90% de todas las culturas”, fundamentalmente en su modalidad poligínica (varias mujeres y un marido).

- Desde una perspectiva histórica, las primeras organizaciones humanas (cazadores/recolectores), mantenían una organización doméstica nuclear, pero (como señala Gamble) se situaban en el interior de grupos extensos reproductivos que, además, se organizaban en última instancia a través de grandes grupos regionales.
Nuestra cultura originariamente se organizaba a través de familias extensas, pero el desarrollo de los Estados, hicieron que se transformasen en nucleares, legitimando (Convirtiendo en ley) la decisión de los hijos a la hora de la elección de sus parejas en el matrimonio. ¿Por qué? Porque a los Estados no les interesa tener grandes grupos corporativos en su interior, ya que se convertirían en grupos muy activos de poder. Las grandes familias de patricios, o las familias mafiosas son ejemplos típicos…
Además, al cristianismo le interesaba tener el monopolio del matrimonio como fuente de control social, y para eso tenía que arrebatárselo a las familias extensas…
Los ejemplos son innumerables…
También es cierto que la familia nuclear está muy extendida en todas sus variedades monogámicas (y poligámicas).
La movilidad laboral, típica de todo el proceso de industrialización; los procesos de movilidad social y constitución de las urbes; los salarios escasos que dificultan la subsistencia, etc., favorecen el desarrollo de este tipo de unidades domésticas.
La conclusión: la familia nuclear no es ni más ni menos natural que otras. Todas obedecen a cuestiones culturales, políticas, económicas,…

- Difícil pregunta esa de qué es lo que le da estabilidad a un sistema social.
Podemos decir que la estabilidad es un equilibrio dinámico de todos los elementos que conforman el sistema social. Esto incluye valores, normas, principios, instituciones, condiciones materiales, etc.., incluyendo cómo se ajustan todos estos elementos a la realidad social en general y a los individuos en particular.
Yo vivo bien, me he educado en una familia nuclear y no tengo quejas… Pero conozco a personas que se han educado en familias matrifocales (mujeres viudas) y son personas como yo, no llevan ninguna marca especial. ¿Se le ocurriría a alguien sacar una ley que obligase a las viudas o viudos con hijos menores de edad a casarse de nuevo? Sería absurdo ¿verdad?
Además, el modelo de familia nuclear biparental ya es rechazado por muchas mujeres: ¿por qué tienen que cargar con un hombre? ¿Y qué pasa con los homosexuales, no son humanos…?
1. No se necesita la familia nuclear para desarrollar las funciones de endocuturación y educación… De hecho, la tan cacareada crisis de la familia occidental no proviene de un relativismo axiológico ni de modelos alternativos que socavan la estructura de lo que debería ser (en lo que nos ocupa ni hay crisis de valores, ni existe un deber ser), sino por el abandono de las funciones propias y su traspaso a las instituciones del Estado.
En una sociedad como la nuestra (de la información y del estado del bienestar), una persona sola puede desarrollar todas las funciones de la familia, sobre todo en la dimensión emocional. Lo único que hay que hacer es redefinir las competencias del Estado.
Por tanto no se debe imponer el modelo nuclear de ninguna manera. Si se hace es por cuestiones ideológicas y por mantener estatus de privilegios (Iglesia).
2. Es muy importante señalar que en Latinoamérica el modelo de familia nuclear biparental es una imposibilidad real, y los niños son educados en entornos matrifocales extensos (abuela, madre, tías…). ¿Los padres? Desconocidos.
3. Por otra parte, las estadísticas de violencia doméstica en Europa y en EEUU, por ejemplo, son tremendas (Asusta pensar en ellas). Las víctimas: las mujeres. Los agresores: sus maridos, parejas de hecho, ex-novios, ex-parejas de hecho, novios y ex-cónyuges, por ese orden (En España, de 2002 a 2006 casi el 46% de los asesinatos de mujeres los han cometido sus maridos).
En su mayoría de familias nucleares biparentales complementarias

¿De verdad hay que pensar que este es un modelo que proporciona la estabilidad social?
Si es así, debemos reconocer que la estabilidad de nuestra sociedad se levanta sobre el sufrimiento y la “sangre” de muchísimas mujeres.
Creo, sinceramente, que debemos buscar alguna alternativa.

”-Al hablar del aspecto "natural" de familia nos referimos especialmente a los vínculos biológicos, que en gran medida determinaron su formación en los tiempos primitivos y que indudablemente influyen aún en el acercamiento de la pareja que da el principio a toda la organización. Me ha parecido acertado el ejemplo sobre el incesto entre chimpancés ya que pone en evidencia la utilidad natural que se establece por instinto entre un macho y una hembra, entre un macho y sus descendientes, etc. Una complementariedad natural constituida sobre la convivencia (vida) familiar entre seres que guardan un parentesco, ¿es ésto un hábito familiar de construcción cultural o natural, o ambas?
La complementariedad es un modo estructural de interacción intersubjetiva y, por tanto, es aprehendido, conforma los modos corrientes de sentir y pensar emocionalmente el mundo en todas sus dimensiones, por lo que se puede decir que termina conformando hábitos.


-¿El deseo de constituir y pertenecer a una familia es un comportamiento natural o aprehendido, o ambas?
Si es familia, es aprehendido… No hay instinto ni genes para la conformación de las familias.
Si es tendencia reproductiva, entonces es instintivo, aunque el instinto, o la naturaleza, es posibilidad que se conforma a través de estructuras culturales: filiaciones bilaterales, ambilineales, unilineales, clanes cognaticios, patrilocalidad, avuncolocalidad, amitialocalidad, matrilocalidad, etc., son formas de parentesco, residencia y filiación que se manifiestan en distintas sociedades y que determinan los modos de relacionarse los individuos entre sí.
(Todo esto se ve muy bien en Harris, M., Introducción a la antropología general)

-Si usted dice: "De este modo la cultura arraiga en nuestra naturaleza instintiva, por lo que toda nuestra organización cultural tiene su origen en nuestra naturaleza biológica." y antes dice: "Y como es un sistema de interacción construido, no es natural (si se quiere, connatural) y puede ser modificado." Si la familia es una construcción cultural que tiene sus raíces en comportamientos naturales e instintivos, ¿cómo es posible que el sistema de interacción que lo constituye no sea natural? O es natural o no lo es, o todo es natural o nada lo es, etc. Perdóneme pero no comprendo lo que dice. Utiliza un lenguaje muy técnico.”
No es una contradicción decir que la cultura como sistema arraiga en nuestra naturaleza, o lo que es lo mismo, decir que tenemos una naturaleza cultural…esto significa que nuestras respuestas ante la realidad no son instintivas, sino creadas por nosotros, pero no hay trascendencia ni universalidad ni necesidad…
Por ejemplo:
Nadie diría que las lenguas (inglés, latín, arameo, etc.) son naturales, sino que son construcciones culturales. Pero, sin embargo, el lenguaje tiene un origen natural, en cuanto capacidad humana para la comunicación.
Del mismo modo, es absolutamente necesario entender que nuestra naturaleza es cultural, o lo que es lo mismo, que nuestra cultura tiene su origen en nuestra naturaleza… De la misma manera que los guepardos tienen la capacidad natural de correr muy rápido y la naturaleza los dota de una columna vertebral muy elástica y una cola enorme, etc., para que puedan perseguir gacelas en la sabana africana; los humanos tenemos la capacidad natural de crear normas y valores para construir nuestras relaciones intersubjetivas y la cultura nos proporciona esas normas concretas construyendo: sistemas monógamos, polígamos, nucleares, extensos,…
Por eso la familia es una CREACIÓN CULTURAL que se concreta a partir de tendencias o capacidades NATURALES.
¿QUÉ ES LO UNIVERSAL? La unidad doméstica como forma de organización intersubjetiva y la complementariedad que sirve como estructura. Ahora bien, como hemos visto al principio, los modos en que esa familia se concreta (extensa, nuclear, monoparental, matrifocal…) son PARTICULARES y responden a cuestiones políticas, económicas, axiológicas, normativas, etc.
Además, si se da cuenta, tanto en el caso de los guepardos como en el nuestro, no se da una direccionalidad lineal entre la causa (capacidad de correr…) y el efecto (tener una columna muy flexible…), sino todo un sistema de interdependencias.
Si esto lo asumimos, podemos darnos cuenta que la familia adecuada es SÍMPLEMENTE aquella que cumple unas funciones concretas en una comunidad determinada.

En mi anterior entrada me centraba en la sexualidad humana como un valor natural a la institución de la familia, y para ser más precisos, sobre diferentes argumentaciones que insisten en una pluralidad de estilos familiares sustentados dentro de prácticas sexuales marginales, ¿usted cree que la sexualidad humana está exclusivamente orientada a la procreación? ¿Por qué motivo existe el placer sexual? ¿La homosexualidad es una opción sexual natural o cultural?
La sexualidad humana no está orientada sólo a la procreación.
Los rituales, las mitologías, las costumbres, etc., a lo largo del mundo y el tiempo, nos indican que tiene profundas conexiones con los valores de las comunidades y, por tanto, con las necesidades de los sistemas sociales.
Un ejemplo:
Las tribus de Sambia (Nueva Guinea):
- Están en constante guerra de eliminación de las otras tribus.
- La tribu que hoy es tu aliada, a lo mejor no lo es mañana.
- Los recursos alimenticios son muy escasos y los espacios de supervivencia muy pequeños, por lo que la existencia de una tribu presupone la desaparición de otra.
Para sobrevivir debían:
- Mantener bajo crecimiento demográfico.
- Tener varones para formar un buen grupo de combate y no ser eliminado.
No tienen ONU, ni tribunales de Derecho Internacional, ni posibilidad de desplazamiento a otras zonas, ni tecnología que permita descubrir o plantear otras posibilidades…
¿Cómo sobrevivir?
Favoreciendo la bisexualidad entre los hombres:
- Con las mujeres sólo reproducción.
- Con los hombres, el modo-de-ser.
Sus creencias afirman que sólo el semen da la virilidad, por lo que lo masculino es lo más valioso (sólo los hombres pueden hacer otros hombres y, por tanto, guerreros). Además, un hombre nace con una cantidad limitada de semen que debe reponerse continuamente y sólo puede proporcionárselo otro hombre (desarrollo de prácticas homosexuales que crean entre los hombres unos vínculos estrechísimos muy necesarios para la solidaridad entre guerreros, y entre el grupo. Impide, por ejemplo, la traición y propicia que cualquiera esté dispuesto a dar la vida en todo momento por sus compañeros…).
Los hombres tienen grupos “secretos” en los que entran los niños nada más abandonar la infancia.
De este modo los niños sambias tienen dos nacimientos: biológico, que no tiene valor, y social/masculino, que conforma su ethos valioso.
Es un resumen pero espero que sirva de ejemplo.
De todos modos hay muchas teorías acerca de la homosexualidad, pero todas presentan graves problemas conceptuales y explicativos.
Quizás la homosexualidad sea fruto de múltiples factores, pero lo que es evidente, para el caso que nos ocupa, es que en las relaciones entre los individuos, incluso en las que se adentran en el terreno de la sexualidad, los elementos que entran en juego son múltiples y tienen que ver con las condiciones de existencia de los grupos y de los individuos.
Hay un continuo entre Naturaleza-Cultura-Comunidad-Individuo…
Con respecto al placer sexual (orgasmo) del macho humano, hay que tener en cuenta que el acto de la copulación implica:
- Peligros para los machos: enfrentamiento con otros machos.
- Un gasto enorme de energía.
El placer puede ser entendido como el mecanismo por el cual los machos minimizan los riesgos para su existencia, y se reproducen. Además de facilitar la eyaculación profunda.
En cuando al orgasmo femenino:
- Según algunos investigadores, no tiene ninguna función.
- Según, otros, tiene como función la atracción de machos, como mecanismo que favorece la promiscuidad, y entonces se protegen a las crías de ser asesinadas por lo machos, puesto que no hay certeza de paternidad.
- Para otros, tiene una función placentera para que la mujer sea atraída a la relación sexual.
- Sirve como mecanismo para que la mujer selecciones pareja. El hombre que más placer le provoque, será el que más se preocupe por ella y su descendencia.
- Sirve como señal de fidelidad sexual.
- Sirve como mecanismo para la retención de esperma.
Todas ellas han sido propuestas y ninguna explica de manera completa la función del orgasmo femenino ni sus características.
Este tema lo he tratado en el segundo libro que he escrito (Voy a empezar a buscar editoriales que lo quieran publicar).
De todos modos podemos profundizar más en sucesivas entradas.

Es curioso, por un lado mantiene una idea tradicional y conservadora de la familia, y por otro, tiene la visión de una estructura familiar absolutamente revolucionaria que proteja y desarrolle los derechos de los ciudadanos, sobre todo de las mujeres.
Es posible, pero creo que más que una concepción tradicional de la familia lo es de algunas de sus funciones y no así de su estructura complementaria.

sábado, 12 de enero de 2008

La familia "natural"

Respuesta a la cuestión planteada en la segunda entrada de Wotan: “La familia es el núcleo de toda comunidad social, pero en la vertiente actual observo una creciente desnaturalización de valores "morales" que apoyan a un concepto de familia artificial y desestructurada, como por ejemplo la existencia de diferentes centros familiares, algo que veo muy peligroso a largo tiempo junto a la incertidumbre del futuro económico para la estabilidad emocional de las familias ¿qué opinión tiene precisamente de ésto?”

La cuestión es fundamental en nuestra sociedad, aunque creo que cometemos algunos errores al plantearla.
Nadie, absolutamente nadie, debería afirmar que exista una familia natural, ni que existan valores naturales.
Tanto la familia como los valores ético/políticos que la sustentan son culturales, (Prefiero esta afirmación al concepto de artificial) y como es cultural, por definición, está organizada intersubjetivamente.
Se puede acudir, por citar mínimamente algunos ejemplos, a M. Harris (Introducción a la antropología general,…), a Murdock (Atlas etnográfico,…), a Campbell (Las máscaras de Dios,…), a Bateson ( La nueva comunicación,…), a Lévi-Strauss (Las estructuras elementales de parentesco…), a Malinowski (Sexo y represión en la sociedad primitiva…), a las propias mitologías, a Gamble (El doblamiento paleolítico de Europa), a Buss (La evolución del deseo…), a Mead (Sexo y temperamento…), a Sabater Pi, (El chimpancé y los orígenes de la cultura…) …, e incluso si se me permite la inmodestia por ponerme en el mismo párrafo, a mí mismo (La soledad de Mae...),….
La Biología, la Psicología (evolutiva), la Antropología, la Neurofisiología, la Genética…, salvo la religión y la política (los políticos son sacerdotes de “nuevo” cuño), nos ofrecen un marco interpretativo a partir del cual la familia puede ser definida como un sistema de interacción que construyen los seres humanos, para configurarse a sí mismos como individuos socialmente aptos. Y como es un sistema de interacción construido, no es natural (si se quiere, connatural) y puede ser modificado.
Ahora bien, como es estructura y tiene unas funciones tan complejas y fundamentales, su modificación implica una alteración de todo el sistema de interacciones sociales que conforma: económicas, políticas, jurídicas, etc.
Pues bien, por razones utilitarias, o por absoluta ignorancia, o por la confluencia de ambas (los intereses de unos manejan las voluntades de otros), se tiende a pensar que la familia nuclear biparental/monógama (padre, madre e hijos) que es la tradicional de nuestra cultura (con matices cronológicos, por supuesto), es la natural. Pero no mnos engañemos, aunque pueda ser argumentada, concluida, justificada, etc., no hay nada en la naturaleza que la determine como la ideal para los seres humanos, frente a las familias extensas o las monoparentales o las homosexuales.
Del mismo modo, debemos aceptar esto: que el matrimonio, no debe ser entendido exclusivamente desde la heterosexualidad ya que, desde una perspectiva cultural, existen matrimonios institucionalizados entre mujeres (matrifocales: más de dos mujeres), entre hombres, entre hermanos,… Es muy probable que alguna posibilidad más se nos haya escapado.
La clave para entender las interacciones domésticas y el papel que juegan en nuestra sociedad y las consecuencia de su modificación, pasan, por tanto, por aceptar que la familia nuclear NO ES NATURAL. (Para mayor precisión leer los autores y textos citados…)
Pongamos un ejemplo biológico muy breve:
Los estudios realizados por especialistas demuestras que entre los chimpancés, el incesto entre la hembra y su cría es muy raro, lo mismo que entre dos crías de la misma camada. Pero entre el macho y su descendencia es muy frecuente, prácticamente inevitable (J. Itani, Primates).
Esto es normal/natural entre aquellos animales sociales en los que el macho no interviene en el desarrollo de las crías.
Resulta entonces curioso que la prohibición del incesto, que se suele tomar como el elemento fundamental y natural que regula las relaciones entre machos y hembras (hombres y mujeres), sólo debe ser aplicado a las relaciones entre el macho (hombre) y su cría (hija).
Ahora pensemos que, si admitimos erróneamente con Freud, por ejemplo, que el deseo de cometer incesto está muy arraigado en las profundidades de la naturaleza humana, (el instinto empuja al ser humano lo mismo que en el resto de los animales), entonces la prohibición de esta conducta fue el primer acto cultural. De este modo la cultura arraiga en nuestra naturaleza instintiva, por lo que toda nuestra organización cultural tiene su origen en nuestra naturaleza biológica.
Si esto es verdad, entonces, todo lo que tiene carácter universal, es decir las normas o conductas generalizadas culturalmente, o los sistemas de organización generalizados (como la prohibición del incesto o la familia nuclear occidental, pongamos por caso) deben ser lo correcto cultural y naturalmente.
De este modo, si consideramos que la familia nuclear biparental es lo natural, tendemos a interpretar que es lo que debería ser, con lo que todo lo que no se ajuste a ello supone una desviación de la norma social y de la naturaleza biológica de los seres humanos: una aberración contranatura, por lo que todas esas desviaciones deben y tienen que ser corregidas, ya que provocan muchísimos perjuicios de índole colectivo e individual: individuos mal socializados, violencia doméstica, familias desestructuradas, etc. Con toda la carga emocional que conlleva esta afirmación…
Además, no nos damos cuenta que existe un resto fundamental que asumimos emocionalmente, aunque racionalmente lo rechacemos, a saber: que la complementariedad (dominio/sumisión), que es la base del sistema de relaciones intersubjetivo que determina las relaciones entre mujeres y hombres, es el fundamento de las relaciones domésticas que llamamos familia:
- Lo propio de la mujer es el ámbito doméstico (privado) y el del hombre el ámbito político (público).
- Lo propio de la personalidad de la mujer es ser madre (y esposa). Lo propio de la personalidad del hombre es ser sujeto hábil.
- Lo propio de la mujer es ser comprensiva, cariñosa, sensible. Lo propio del hombre es ser autoritario, racional, duro…
- Lo propio de la mujer son las tareas y lo del hombre el trabajo.
Etc.
Y este sistema ¡sigue funcionando en la actualidad! (Leer mi libro)

Ahora bien, si nosotros interpretamos el tabú del incesto desde una perspectiva comunitaria (de organización social), entonces nos damos cuenta que la prohibición del incesto tiene como objetivo reorganizar las conductas intersubjetivas (de los grupos humanos), y sus funciones coincidirían con las funciones de la familia:
- Evitar la endogamia.
- Controlar el acceso de los hombres jóvenes a las mujeres.
- Establecer redes de parentesco.
- Establecer alianzas…
Las funciones comunitarias nos vuelven a dar la clave de cómo interpretar correctamente la conducta humana.
No es que no seamos naturales, sino que nuestra naturaleza cultural hace que debamos plantearnos nuestros sistemas de relaciones desde otra perspectiva que asuma lo natural en interacción con lo cultural, que siempre conforma lo comunitario que hay en nosotros.
Una vez aceptado esto, debemos pensar la familia como una estructura sistémica interrelacionada en todo momento con el sistema cultural en su totalidad. Un contexto cognitivo y emocional que determina significativamente la personalidad y las conductas de los individuos en función de lo que socialmente se espera de ellos y, por eso, es inseparable de la comunidad en la que se haya inserta. De aquí que la primera afirmación nos conduzca a concluir que la familia no es el espacio privado donde los individuos desarrollan emocionalmente su existencia, sino el ámbito público de construcción del “ethos en relación con….”.
Pero esta caracterización tiene, asimismo, una dimensión negativa (en el sentido de la teoría del control y de la comunicación), porque la familia debe ser vista también, como un sistema reactivo cuya función consiste en controlar el carácter desorganizador de los individuos (que deben ser pensados como subsistemas). Es decir otra de las funciones fundamentales de la familia es “reconducir” la capacidad que tienen los individuos de reconstruir la realidad, cognitiva y emocionalmente de otro modo; con el fin de asegurar la estabilidad del sistema social.
El sistema quedaría más o menos así: la cultura es estructura y su función radica en la creación y conservación de la comunidad, que se efectúa a través de la familia.
A partir de ese momento las mujeres deben aprehender toda una serie de valores y patrones conductuales que refuerzan, al menos emocionalmente, la sumisión tanto en la interacción familiar como en la comunitaria.
Y el hombre debe, por el contrario, aprehender toda una serie de valores y patrones conductuales que refuerzan, al menos emocionalmente, el dominio tanto en la interacción familiar como en la comunitaria.
La familia se convierte en el lugar donde los individuos aprehendemos esos modos de ser.
En conclusión, el ámbito doméstico (la familia) es un sistema cultural interconectado, en el que el factor de conformación del ethos se presenta como el elemento social unificador, mediante la inclusión de los individuos en un complejo sistema mitológico (que el hombre y la mujer se complementan naturalmente, que la mujer es madre por naturaleza, que el verdadero amor es eterno, que la familia es el lugar natural de la mujer, mientras que el mundo lo es del hombre…) que determina, para empezar, las relaciones entre los dos subsistemas elementales del sistema familiar: el hombre y la mujer, de manera complementaria (dominio/sumisión).
Pues bien, el ethos complementario es el mismo que aparece con los sistemas neolíticos de los clanes y, además, nuestros modos cognitivos y emocionales de entender las relaciones de amor, se desarrollan a partir de ideales medievales (Isolda y Tristán; Eloísa y Abelardo…). ¡La familia es construida y se puede modificar!
Mientras esto ocurre, deberíamos plantearnos la posibilidad de que la sacrosanta familia occidental no esté funcionando correctamente. Creo, como investigador y como profesor, que se está produciendo una delegación por parte de los padres de las funciones que les competen.
Veamos:
¿Dónde aprende y aprehende el individuo a realizar conductas complementarias? ¿Dónde aprendemos y aprehendemos a maltratar o a sufrir maltrato? ¿Dónde se vuelve posible la violencia doméstica como manifestación probable de la complementariedad?
El lugar propio es la familia.
Por esta razón, y pese a lo que opinan los “expertos”, el gran debate hoy en día no tiene nada que ver con la aplicación, o la extensión del concepto de familia: familias nucleares heterosexuales, familias nucleares homosexuales, familias nucleares monoparentales; familias nucleares biparentales, familias extensa,…. Lo verdaderamente importante no radica en esto, sino en la renuncia a la función endoculturadora por parte de los padres y su cesión a las instituciones del Estado: Educación, Sanidad e Interior, sobre todo.
A pesar de vivir en el siglo XXI, continuamos pensando y sintiendo emocionalmente la realidad con modelos paleolíticos y medievales. Por esta razón no es difícil entender por qué el Estado (esa extraña abstracción que no es otra cosa que el modelo comunitario de la identidad subjetiva… Pero esto es otra historia que pertenece a otra investigación), que toma como punto de partida la existencia de sujetos conformados, no puede asumir las funciones correspondientes a la familia y, por eso, las estrategias para resolver determinado tipo de fenómenos que afectan cada vez más a los individuos más jóvenes de la comunidad (drogas, obesidad, anorexia, fracaso escolar, etc.), no están funcionando.
Que mi hijo bebe, fuma porros, etc., que les den charlas en los colegios e institutos y Sanidad haga campañas, sobre lo malo que es la bebida, mientras yo le dejo que con menos e 18 años esté los viernes y los sábados hasta altas horas de la noche sin control. Para eso, que los Ayuntamientos o Interior, movilicen a la Policía para que controle el consumo de alcohol en los menores.
Que mi hijo tiene una dieta alimenticia poco saludable, que les den charlas en los colegios sobre la necesidad de seguir la dieta mediterránea y hacer ejercicio, mientras yo le atiborro de bollería industrial, sólo le doy de comer aquello que el niño quiere y lo tengo todo el día en casa viendo la televisión y jugando con la videoconsola. Así, hasta el infinito.
Pero no es una cuestión de vida moderna, ni de naturaleza, es una cuestión de asumir las responsabilidades que se derivan del hecho incuestionable, de que la familia no pertenece al ámbito de las relaciones privadas, exclusivamente, sino al espacio público, ya que todos nos hacemos sujetos sociales más o menos hábiles en su seno.
Por eso, no sólo son los problemas relativos a la drogadicción, a la mala nutrición, etc., los que necesitan de la intervención de las familias para su solución, sino que además existen otros gravísimos problemas como la violencia doméstica que se originan y, por tanto, se pueden paliar, en y desde la familia. No vendría nada mal, en este sentido, campañas publicitarias dirigidas no a las víctimas de maltratos sino a sus entornos familiares.
¿Creen que el papel desempeñado por las familias en los casos de violencia doméstica que cotidianamente vemos es el adecuado? ¿Creen que si en el seno de la familia se desarrollasen sistemas de reciprocidad entre los individuos, en vez de complementarios, el maltrato sería un problema tan extendido? La familia ha sido y es un factor para la defensa de la mujer frente al hombre en general y su pareja masculina en particular . Pero, como es lógico, no estoy afirmando que desde la familia se deban recuperar estrategias violentas de coerción contra los maltratadores, sino que la familia debe ser el lugar donde las mujeres reconozcan su propia identidad y se les proteja mediante la revalorización de su autonomía frente a conductas complementarias.
Los individuos debemos aprender que la familia no es un reducto privado sino público, y en él los demás sí debemos entrometernos cuando consideremos que se está produciendo una situación de maltrato. Además, los individuos deben ser conscientes que el maltrato físico es la manifestación última de un largo proceso de maltrato emocional y, por tanto, su intromisión debe producirse mucho antes de que se desarrolle la agresión física.
Es, por tanto, la familia, el primer lugar donde hay que dar la batalla:
1º. A través la educación de los hijos, reforzando la identidad femenina en las hijas y el respeto y reconocimiento de dicha identidad en los hijos; y no haciendo hincapié en la igualdad, sino en el reconocimiento de la autonomía de la identidad femenina y la identidad masculina para, desde ahí, fomentar las relaciones recíprocas entre ellos.
2º. A través de una concepción más extensa (transformada) de la familia, mediante la cuál ésta sea pensada como esfera pública y no privada.

sábado, 5 de enero de 2008

La soledad de Mae ¡Ya en librerías!


La soledad de Mae. Una investigación antropológica sobre la violencia doméstica, de Javier Ortega Cañavate
Colección Ciencia, serie Economía, Política y Sociología 301
ISBN: 978-84-245-1135-7
Formato: 13,3 x 19,3 cm; 304 páginas
PVP: 16.00 €

Las agresiones domésticas han aumentado en España un 145% entre el año 2000 y el 2004. En la Unión Europea, al menos una de cada cinco mujeres es maltratada por su pareja. Más allá de nuestra Europa, el maltrato a las mujeres arroja unas cifras escalofriantes: 130 millones de mujeres menos en el mundo debido a la violencia doméstica que se ejerce sobre ellas, incluso antes de que nazcan.

¿No va siendo hora de plantear el problema de la violencia doméstica más allá de los modelos psicológicos y sociológicos, que se manifiestan claramente insuficientes? Este libro ofrece una forma distinta de aproximarnos al fenómeno del maltrato: desde el sistema complementario sobre el cual fundamos nuestras relaciones domésticas. A partir de una investigación antropológica a más de 600 personas, incluidas víctimas de maltrato, surge esta historia que no es ni individual ni social, sino cultural. En ella quedan al descubierto los modelos culturales que fundamentan la violencia doméstica: el Síndrome del clan y el Síndrome de Eloísa.

Este trabajo se emprende con unos objetivos muy claros: no tolerar la violencia estructural contra las mujeres como precio a pagar por mantener nuestros modos de vida; ni aceptar la muerte de una mujer por el ‘fuego amigo’ del amante; ni admitir que la familia sea un ‘territorio comanche’ donde la mujer pueda convertirse en la víctima propiciatoria.

Doctor en Filosofía por la Universidad de Murcia, Javier Ortega Cañavate ha publicado “El concepto de cismogénesis y la dinámica social” (Iberoamericana, 1997), “El fundamento estructural de la violencia doméstica” (Isabor, 2006) y “La complementariedad como contexto cultural para entender la violencia doméstica” (SAF, 2007). En 2005 fue ponente en las Jornadas sobre violencia doméstica organizadas por la Secretaría de la Mujer de CCOO y en 2006 impartió un curso a la Policía Local de Lorca sobre Violencia de género. En la actualidad escribe un blog sobre violencia doméstica (lasoledaddemae.blogspot.com), acaba de terminar El sueño olvidado de Avalón. Un ensayo sobre violencia doméstica y está elaborando un cómic sobre la historia de la mujer con la dibujante Esther Guzmán Martín.