lunes, 15 de diciembre de 2008

Pensar con el martillo (Un comentario nietzscheano)

Es curioso contemplar como el mundo verdadero se acaba convirtiendo en una fábula, y esto no es la historia de un error, sino de un horror.

1. Es el mundo de las Venus, un mundo real en donde mujeres y hombres tienen el mismo valor desde su autonomía, y lo mismo sucede, pues, con la madre y el padre; la recolectora y el cazador; con lo femenino y lo masculino.
Es la época del génesis, donde no hay héroe cultural que funde el origen de la sociedad, las vaginas todavía no tienen dientes susceptibles de ser arrancados, no existe error que se transforme en horror, y la izquierda y la derecha no tienen cartas de identidad.
¿Se dan cuenta de la sabiduría ancestral de aquellas mujeres que hoy en día te hablan de la izquierda mientras te señalan hacia la derecha?

2. Pero la Venus deja paso al Chamán: es asesinada (lo dicen los Ona de Tierra del Fuego). La mujer se vuelve esposa y madre, y su mera condición de persona queda reducida a la de su marido y sus hijos. A partir de ahora ya no es autónoma, sino que sólo puede interpretarse a sí misma, emocional y racionalmente, desde la masculinidad. Las bandas se transforman en aldeas. Las condiciones ecológicas cambian. Las comunidades humanas aumentan de tamaño. ¡El individuo debe ser controlado! Se necesita un segundo nacimiento que aleje a los hombres de sus madres y los introduzca en un mundo de exclusividad masculina. ¡Nacen los Club! (Y los puti-club, la trata de blancas,…).
El silbido de los churinga se hace cada vez más fuerte.

3. El chamán se hace sacerdote y la aldea se hace Estado. La mujer introduce el pecado, que es originario y fundacional de un mundo complementario, de una realidad en la que el dominio exige sumisión: derecha vs. izquierda; masculino vs. femenino; padre vs. madre; orden vs. caos; condenación vs. salvación… La menstruación contamina la sociedad y la mujer debe ser apartada para que no contamine al hombre (¡Bendito sea Dios (…) que no me ha hecho nacer mujer!)…
¡Blasfemia! (crimen laesae maiestatis divinae) azote de las brujas, del cuerpo de la mujer, de su persona.
El martillo va haciendo estragos a lo ancho del mundo y a lo largo del tiempo. Es un martillo pilón que sincrónica y diacrónicamente pulveriza a la mujer: Eva, Eloísa, Meave, Nisa, Abuk, Izanami, Pandora, Isolda, Amanda,…
No hace(mos) prisioneras. Tenemos miedo.

4. Y la historia, si se quiere con mayúscula para mayor vergüenza, sigue su curso dibujando escenarios atroces y destructivos… Ya sea como oikos (techo/masculino) que cubre la eschara (hogar central/femenino); ya sea como matrimonios en nuera o en yerno como representación de los sistemas de relación entre las familias constituyentes del mundo griego. Ya se presenten como matronas cuya identidad comienza y acaba en la familia (la suya propia, por supuesto) dejando al paterfamilia el camino libre para la constitución de la res pública. Ya sea como síntesis de la madre Eva, la Virgen Madre y la mujer Magdala, el trilema cristiano que silencia lo femenino. Ya sea agarrada al arado o al hilado, a la taberna o al comercio, a la enseñanza o al parto, la mujer sólo es como hija, como madre y como esposa.
Y en esta constante cosmológica (buen orden), más allá de sociedades y culturas concretas, encontramos el mismo patrón, la misma estructura: el velo, que todo lo cubre, asirio, judío, islámico y cristiano:
“EL SÍMBOLO DE SU DEPENDENCIA” Y SUMISIÓN, reza la Epístola a los Corintios.

5. El mundo se hace moderno, diríamos: contemporáneo. La mujer es igual al hombre. Todo una cuestión de @s y tantos por cientos…
¡Ah! Si llegamos a saberlo antes… Cuánto sufrimiento les hubiésemos ahorrado. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga… Ya estamos en el buen camino ¿Verdad? Es todo una cuestión de igualdad. ((Poniéndose el dedo índice en perpendicular con respecto a los labios) Sssh. ¿Y la autonomía?).

Por cierto,las agresiones domésticas, por ejemplo, han aumentado en España: los feminicidios domésticos un 2,86 % entre el 2003 y el 2007. Además,en los tres primeros trimestres de 2007 se produjeron 15.576 sentencias condenatorias contra agresores, y detrás de cada una de ellas hay una víctima (80.000 en los últimos tres años).
Finalmente, son ya 63 las muertas en España durante 2008 y todavía queda medio mes…
(Se oye un suspiro y una voz hastiada dice: “Cuanto tiempo caminando para avanzar tan poco”).

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